Vidas perdidas, recursos naturales contaminados: nuestro futuro hipotecado por la desidia y el abuso
«En vilo siempre por tener éxito,
por quedar bien, por ganar,
nos esclavizamos al tener
y abandonamos al ser.
Y se nos van de las manos nuestras decisiones,
manipulados como marionetas
a merced de los hilos
que mueven impunes arañas en sus viscosas telas
de mentiras y abusos.»
Contra la furia titánica de la naturaleza, poco podemos hacer. Sólo prevenirla de la forma más eficaz posible y ayudarnos, apoyarnos y cooperar mutuamente cuando ocurren. Tsunamis, tifones, huracanes, terremotos…. Cito algunas ocurridas en los últimos quince años:
- terremoto y tsunami del Océano Índico en 2004,
- ciclón en Birmania en 2008, terremoto en China en 2008,
- terremoto de Haití en 2010,
- diluvio en Río de Janeiro en 2010,
- terremoto en Lorca en 2011,
- terremoto y tsunami en Japón en 2011,
- el tifón en Filipinas hace unos días.
Cientos de miles de personas muertas, miles desaparecidas y millones afectadas.
Contra las catástrofes causadas por nosotros, las personas, mucho podemos hacer. Los fallos humanos, los errores de cálculo, la dejadez, la omisión, obviar detalles, despreciar consecuencias, quedar bien, no comprometerse… son medidas absolutamente controlables, diría que en un 99%. Las catástrofes antrópicas (aunque ese vocablo no esté reconocido por la RAE) sí podemos frenarlas o restituirlas, cuando no las hemos evitado desde un primer momento.
En los desastres causados por nosotros me puedo restringir a España porque, lamentablemente, hay suficientes ejemplos en los últimos quince años, cito algunos:
- rotura de la balsa de residuos tóxicos de la mina de pirita en Aznalcóllar en 1998,
- hundimiento y vertido tóxico del petrolero Prestige en 2002,
- grandes incendios forestales en 2004 en Ríotinto, en Guadalajara en 2005 y en el Parque Nacional de Garajonay en 2012,
- accidente aéreo del vuelo 5022 de Spanair en Madrid-Barajas en 2008,
- tragedia en la fiesta del Madrid Arena 2012,
- escapes de vapores de mercurio elemental en las instalaciones de Asturiana de Zinc S. A. (AZSA) en San Juan de Nieva,
- escape minero de grisú en el Pozo Emilio del Valle en La Pola de Gordón en 2013,
- accidente ferroviario y descarrilamiento en Santiago de Compostela en 2013,
- vertidos tóxicos al Río Tinto en Nerva en la actualidad.
Cientos de personas muertas y miles afectadas, sólo en España.
Vidas perdidas y destrozadas, recursos naturales contaminados: nuestro futuro hipotecado a merced de la desidia, el abuso e intereses personales.
Los desastres que ya ocurrieron están quedando exentos de responsabilidad: recientemente hemos conocido la impunidad con que se han resuelto el accidente del Prestige y los vertidos tóxicos en Nerva.